Para la jubilación


13 / 05 / 2019 | Intersindical

Hace ya mucho tiempo que la clase trabajadora consiguió una serie de beneficios que le permitieron, si no vivir a cuerpo de rey, como antaño se decía, sí al menos una cierta dignidad. Parece que esa época pasó a la historia, que se repite y se obceca pero que también, a veces, nos sorprende. Para mal en esta ocasión. Como ya no se estudia (la historia) y los medios tecnológicos han conseguido reducir nuestra memoria a la mínima expresión, como somos una sociedad enajenada en un mundo de centros comerciales, donde comprar parece ser nuestra mayor satisfacción, como la libertad es un término que resulta por lo menos anticuado, yo, que soy antigua por naturaleza, alucino on la sumisión con que se aceptan las nuevas condiciones del capitalismo.
Articulo de Laura Husé Valle

Así, mientras nuestros jóvenes titulados se exilian para poder subsistir, y trabajan de camatas en Inglaterra o en Alemania, a los que aquí nos quedamos parece que nunca nos va a llegar la jubilación. Se incrementan la edad y los años de cotización requeridos y se repite hasta la saciedad que no hay dinero para tantas pensiones. Claro, si nos muriéramos antes no existiría ese problema, pero se da la curiosa circunstancia de que la medicina (la técnica) ha avanzado considerablemente mientras las mentalidades siguen yendo con retraso. Y nadie sabe qué hacer con los abuelos, tema éste, así como el de la muerte, muy mal gestionados por esta sociedad.

Y mientras siguen comprando drones o acorazados, mientras siguen con rescates bancarios “multi-multi-millonarios”, mientras nos enteramos de que aquí han robado hasta aquellos que pensábamos no necesitaban robar (se ve que lo de nobleza obliga lo entendieron de otra manera), no hay ayudas para dentista para personas mayores que no pueden masticar, no hay planes de integración serios y eficaces ni de emigrantes ni de paisanos, no hay …. No hay ninguna consideración. Como nunca la tuvo el capitalismo que cuando adquirió la forma de la democracia nos vendió la cabra de la justicia social, del reparto, del estado de bienestar.

Sin embargo, Marx ya había advertido: las crisis del capitalismo son recurrentes. Y siempre se solucionan igual: a pagar poca ropa, qué curioso.

Y mientras veo lo que algunos han robado, lo que otros ganan y siguen ganando, lo que se despilfarra tontamente, lo que se contamina el planeta, los discursos explicativos que nos toman por idiotas, la desfachatez de los privilegiados y de los que quieren serlo me pregunto seriamente donde está el progreso porque si progreso es esto me quedo en la prehistoria. ¡Anticuada que es una!